Los días 8, 9,10 y 11 de febrero de 1817, todo el Ejército de Los Andes se reorganizó en una localidad llamada San Felipe, ubicada unos kilómetros antes de Chacabuco. Allí, los soldados recibieron sus armas y ultimaron los detalles para librar la Batalla de Chacabuco el día 12 de febrero. Es importante recordar que Chacabuco es una cuesta de Chile que se encuentra ubicada al norte de la Región Metropolitana de Santiago.
En los días previos a la Batalla se dio un doble combate, el primero relacionado con la logística que debía ser perfecta y el segundo con las ideas, ya que cada bando publicó sus proclamas destinadas a convencer a cada habitante de los valles centrales chilenos de apoyar al Ejército. Es entonces cuando el ejército patriota utilizó una de las mejores armas, la imprenta que transportaban desde Plumerillo, gracias a ella pudieron repartir los ideales plasmados en papel. En esas proclamas pedían caballos para la batalla debido a que muchos animales no pudieron llegar a destino y explicaban a todo el pueblo chileno por qué se encontraban allí. Estos mensajes estaban firmados por el General San Martín y Bernardo O'Higgins ellos les pedían el total apoyo a todo el pueblo chileno.
El 12 febrero, al avanzar el Ejército de Los Andes, los realistas se vieron sorprendidos debido a que todo su ejército estaba diseminado por los seis puntos por los que el General en la Guerra Zapa había esparcido los rumores de las 6 columnas, que finalmente fue una estrategia certera. Así, los realistas se vieron sorprendidos y no pudieron agrupar sus tropas por lo que lucharon con el mismo número de hombres del Ejército de Los Andes, aproximadamente 5.000.
El Ejército de Los Andes sorprendió a los realistas en Chacabuco por dos puntos, ya que una parte llegó por el camino de Los Patos y la otra por Uspallata. La batalla se libró con la misma tecnología militar, la diferencia que llevó a la victoria de los patriotas, fue que San Martín tenía mayor genio militar y pudo explotar hasta el último recurso de su ejército obteniendo así la victoria.
Aquel 12 de febrero de 1817, se gritó libertad, América empezaba a palpar las rotas cadenas de la opresión española y el sabor de ser independientes.