Para contribuir a restaurar la libertad de Chile, la División La Rioja al mando del Coronel Francisco Zelada, debió tomar el puerto de Huasco y la ciudad de Copiapó. A diferencia de las otras 5 columnas, la Norte no estuvo bajo el comando de San Martín sino del General Manuel Belgrano, porque sus efectivos militares pertenecieron al Ejército Auxiliar del Alto Perú y sus milicianos eran riojanos. Sin embargo, una vez en territorio chileno quedaron subordinadas al teniente Coronel Juan Manuel Cabot cuya misión era recuperar la Provincia de Coquimbo.

La columna que dirigió el Coronel Zelada, recibió 50 soldados de línea y desde Tucumán partió en dirección a La Rioja, precisamente a Guandacol. En ese lugar, la tropa se reunió con dos contingentes de milicianos reclutados en distintos puntos de la geografía riojana y conducidas por Nicolás Dávila. A los 50 soldados se sumaron 200 voluntarios reclutados en los llanos y 2 escuadrones de caballería de 60 hombres cada uno.

El 24 de enero unos 370 soldados y milicianos, estuvieron reunidos en Guandacol, desde donde partieron hacia Chile para ocupar la ciudad de Copiapó y el valle de Huasco.

El 12 de febrero, a las 7 de la mañana, tomaron Copiapó, haciendo prisionero al Comandante de la Guarnición, el mismo día que más al sur se producía la Batalla de Chacabuco.